VINIA
Pasearé por tus oscuras calles,
por las que anduve perdido,
a veces como sombra,
otras muchas buscándote
como unidad
de mí arrancada.
Tu presencia acuerda vida e instinto,
aquella que acariciaba deseos
de no ser como ceniza olvidada:
ojos
manos
cuerpo.
Alma.
Yo quería limpiar las cicatrices
de tu ausencia en mi vida
y sólo encontré una ciudad desierta.
Sombras que se alargan hasta la muerte.
Eso sí, se distinguen, novedosos
y brillantes, púlpitos de rencor,
feroces aguijones,
del espíritu sumisos andrajos
que cultivan miserias,
mientras conciertan
exánimes boqueadas de voces.
FRANCISCO SEGOVIA SOLANA
Dialogismo
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