Señoras y señores concejales, excelentísimos e ilustrísimos señores, ciudadanas y ciudadanos.
Tengo el honor de dirigirme a Uds.,
por primera vez, como Alcalde de Villarrobledo.
Mi agradecimiento profundo a
todos y cada uno de los ciudadanos de este pueblo, cuyo comportamiento se
podría elevar a rango de categoría porque su paciencia, por una parte, y
respuesta democrática, por otra, deben servirnos para estimular nuestro trabajo,
conciliar nuestras actitudes y, en definitiva, servirles como ellos son
acreedores.
No puedo ocultar que asumo los
deberes que acabo de prometer con emoción y con esperanza.
Mi reconocimiento a la nueva
Corporación que, expresando los deseos del pueblo a quien representan, han
expresado el sagrado ejercicio de la democracia. Así consta y se afirma la
voluntad popular, que he de respetar y hacer respetar, evitando todo abuso de
poder, y exigiendo el cumplimiento exacto de un proyecto que ayude a todos a
ser más felices.
Representar a todos los ciudadanos,
independientemente de sus ideologías o de sus adscripciones, con dignidad y
honestidad, como es debido, no me impide, con todo orgullo, proclamar que
defiendo, conscientemente, las ideas de Pablo Iglesias, Besteiro o Tierno Galván,
en épocas y situaciones distintas, y con análisis de la realidad, asimismo, distintos.
El pueblo de Villarrobledo ha otorgado
su confianza a mi partido y a unos candidatos concretos que han de responder
con la sabia palabra del trabajo y del sacrificio. En el trabajo y en el
sacrificio nos encontraremos todos y tengo la esperanza, ojalá no ingenuidad,
que algunos, si no muchos, puntos programáticos puedan ser considerados en común
por todos los concejales de esta nueva Corporación.
Confío en ello porque soy más
amigo del acuerdo que de la disputa y del enfrentamiento. Ha pasado la
tempestad y cada uno está en su sitio, tan digno, en democracia, el uno como el
otro.
Iniciamos, pues, el camino del
progreso, basado en el entendimiento y firmemente convencido de que el diálogo
es más productivo para la vida de nuestro pueblo que cualquier otro bien
material prometido. Y, desde luego, aquél mucho más difícil de conseguir si no
está en nuestra voluntad alcanzarlo. Depende, pues, Sras. y Sres. concejales, y
lo repito, de nuestra voluntad, que, en definitiva, es, como decía André Malraux,
la fuerza de la revolución, ese cambio profundo que ahora está en nuestras
manos, pero que late, igualmente, en el corazón de nuestros padres, y es una
exigencia para la vida de nuestros hijos.
Cuando en el 1979, Villarrobledo,
junto al resto de pueblos de España, se incorpora a la democracia, lo hace sin
acritud al pasado, pero consciente, no obstante, de las enormes carencias
primarias que tenía. El avance que durante ocho años se logró significa, a mi
juicio, un hito importante en la historia de Villarrobledo. El primer Alcalde de
la democracia, D. Miguel Escudero Díaz, debe ser recordado, ahora y siempre, en
el blasón de nuestro pueblo, con letras de oro, pues abrió un camino
inexistente que ha permitido la aplicación de una política menos compleja y de
amplitud de horizonte. No quiero escatimar, en estos momentos, palabras
sinceras hacia D. Bernardo Cabañero González, cuya voluntad de trabajo le
honra, aunque yo no pueda estar de acuerdo en la aplicación concreta de su política.
Considero, no obstante, pese al camino
recorrido durante doce años, que Villarrobledo tiene todavía muchas carencias.
Algunas históricas basadas en sistemas productivos arcaicos, difíciles de
corregir desde un gobierno municipal, y otras actuales, exigidas por la propia
modernidad. El PSOE, en su programa, ha intentado poner elementos de corrección
para las primeras y dar solución decidida a las otras. Es posible que algunos
quieran soluciones inmediatas. Yo estoy de acuerdo con ellos, pero también debo
recomendarles paciencia, y estoy de acuerdo porque están expresando una confianza
que antes no se habían planteado, quizá porque no esperaban conseguirla.
Es mi propósito, como he indicado
en la campaña, estar cerca de los ciudadanos, acudir allí donde los problemas
existen; estar atento a la realidad, marcada todavía por grandes desigualdades.
La cultura, la instrucción, salud, empleo, deporte, estudios, son bienes que,
aunque extendidos en los últimos años, no todos pueden acceder de igual modo.
Pero también hay otras desigualdades que acaban con el vigor y las
potencialidades de un pueblo: es el trato de favor, la afición a la trampa; en
fin, a la facilidad con que algunos saben defender sus privilegios, anulando
los derechos de los demás, que como siempre son los más débiles. Un objetivo
básico será, pues, luchar contra todas estas desigualdades.
Un compromiso público de eficacia
y de tesón en el trabajo diario, dedicado, exclusivamente, a la gestión y
dirección de esta tarea que el pueblo nos ha encomendado. Eficacia que nunca
podrá ser real si no está basada, asimismo, en la honestidad.
Agradezco al grupo socialista su confianza.
Como grupo de gobierno le exigiré el cumplimento del programa, al que estaré atento
como responsable ante el pueblo.
Al grupo popular le pido
colaboración, pese a las diferencias lógicas entre Uds. y el PSOE; pero por el
bien del pueblo llamaré a su voluntad, que supongo dispuesta, para buscar las mayores
coincidencias. Es por ello que Uds. participarán, si así lo desean, en todas
las tareas de gobierno. En la Comisión de Gobierno, en presidencias importantes
de Comisiones Informativas y en todas las representaciones que tenga el Ayuntamiento:
colegios, Sapres, Consejos Municipales, etc.
En base a estas premisas, seré el
Alcalde de todos los ciudadanos y estaré orgulloso de servir a nuestro pueblo,
a sus ciudadanos, a los que me han dado su confianza con el sufragio y a los
que no me la otorgaron, pero a la postre, todos formamos nuestro pueblo.
La emoción y la esperanza del momento siempre fue con Francisco Segovia la voluntad de GENEROSIDAD para toda la ciudad de Villarrobledo.
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